Síntomas del duelo y su impacto físico
En este post abordaremos los síntomas del duelo y cómo pueden impactar en tu estado físico. Cuando pierdes a alguien importante o vives un cambio profundo, tu cuerpo reacciona de formas que a veces sorprenden. El duelo es ese nudo en la garganta o esas lágrimas que no puedes contener; y que también se manifiesta físicamente y puede dejarte agotado.
Los síntomas del duelo tienen un impacto real en tu organismo. Por eso, aquí te contamos cómo tu cuerpo expresa el dolor de la pérdida para que puedas entender mejor lo que te está pasando.
Simbología
¿Te has preguntado por qué te duele el pecho cuando sufres una pérdida? Ese dolor representa literalmente el “corazón roto” del que tanto has oído hablar. Es curioso cómo tu cuerpo traduce en sensaciones físicas lo que estás sintiendo por dentro. Este dolor es real y te recuerda que las pérdidas importantes pueden afectarte profundamente.
Esa sensación de estar siempre cansado también tiene su explicación. Cuando estás de duelo, tu organismo está trabajando a tope para adaptarse a una nueva realidad, aunque no te des cuenta. Es como si estuvieras corriendo una maratón emocional las 24 horas.
No es que te falte voluntad; simplemente tu cuerpo está usando toda su energía para sanar por dentro. Así que no te sientas culpable por necesitar más descanso de lo habitual o por tener pérdida de apetito.
Síntomas del Duelo a Nivel Físico
Los síntomas del duelo se presentan de formas distintas según cada persona, pero hemos observado algunos patrones bastante comunes.
Por ejemplo, ¿te cuesta concentrarte últimamente? ¿Tienes dolores de cabeza o sientes que tu memoria te falla? No te preocupes, no te estás volviendo loco. Es lo que llamamos el arreglo neurológico del duelo.
El estrés que provoca una pérdida afecta directamente a tu sistema nervioso y crea esa “niebla mental” que a veces no te deja ni recordar dónde has puesto las llaves.
¿Has notado que te resfrías más a menudo desde que estás de duelo? No es coincidencia. Tu sistema inmunitario también se ve afectado por el proceso. Cuando estás atravesando un duelo, las defensas bajan y eres más propensos a pillar cualquier virus que ande por ahí.
La ciencia lo ha demostrado: el estrés prolongado que provoca una pérdida puede alterar la producción de células inmunitarias. Así que no te sorprendas si te encuentras más delicado de lo normal durante esta etapa.
Consejos para enfrentar los síntomas del duelo

Lo primero que queremos decirte es que no ignores lo que tu cuerpo te está contando. Los síntomas del duelo son tan reales como un esguince o una fiebre, así que no los minimices pensando que “solo están en tu cabeza”.
Te recomendamos que lleves un diario donde anotes tanto lo que sientes emocionalmente como los síntomas físicos que experimentas. Te sorprenderá ver la relación que existe entre ambos, y te ayudará a entender mejor tu proceso. No estás exagerando ni volviéndote hipocondríaco; tu cuerpo está procesando el duelo a su manera.
Aunque te cueste horrores, intenta mantener unas rutinas básicas de cuidado personal. Ya sabemos que a veces no tienes ganas ni de levantarte de la cama, pero tu cuerpo te lo agradecerá. Procura acostarte y levantarte más o menos a la misma hora, come algo nutritivo aunque sea en pequeñas cantidades, y date un paseo aunque sea corto.
El movimiento libera endorfinas que te harán sentir un poquito mejor, aunque sea temporalmente. Y no te olvides de beber agua; parece una tontería, pero la deshidratación puede empeorar esos dolores de cabeza y esa fatiga que tanto te molestan.
No tengas reparo en pedir ayuda profesional si ves que los síntomas del duelo te están superando. Acudir al médico o a un terapeuta especializado en duelo no es de débiles, sino de valientes.
Impacto del duelo en el sueño
Uno de los síntomas del duelo que más molesta es cómo afecta al descanso. Si te pasas las noches en vela dando vueltas en la cama, o te despiertas sobresaltado a las tres de la madrugada, o tienes pesadillas sobre tu pérdida, no eres el único. También puede ocurrir lo contrario: que solo quieras dormir y dormir como forma de escapar temporalmente del dolor.
Esto ocurre porque tu cerebro sigue procesando la pérdida incluso cuando descansas, y porque las hormonas del estrés están por las nubes, alterando tus ciclos naturales de sueño.
Lo peor es que, aunque consigas dormir algunas horas, puedes despertarte tan cansado como si no hubieras pegado ojo. No es que estés haciendo algo mal; es que durante el duelo disminuye la cantidad de sueño profundo y REM, que son las fases más reparadoras.
Es como si durmieras, pero tu cuerpo no descansara de verdad. Y claro, esto hace que otros síntomas como el cansancio o la irritabilidad empeoren, creando un círculo vicioso del que parece imposible salir.
Síntomas del Duelo: Cambios en el apetito
“No me entra ni un bocado” o “me paso el día picando sin parar”. ¿Te suena alguna de estas frases? Los cambios en el apetito son síntomas del duelo muy comunes, pero que a menudo se pasan por alto.
Hay quienes pierden completamente el apetito, llegando incluso a olvidarse de comer, mientras que otros buscan consuelo emocional en la comida. Ambas reacciones son totalmente normales durante el proceso de duelo, aunque conviene vigilarlas si se prolongan demasiado en el tiempo.
Estos cambios tienen una explicación científica: el estrés crónico que provoca el duelo altera las hormonas que regulan el hambre y la saciedad. Además, el sistema digestivo es especialmente sensible a las emociones fuertes, lo que explica esa sensación de “tener un nudo en el estómago” o las náuseas que aparecen de repente.
Incluso pueden cambiar tus gustos alimenticios: quizás ahora no soportas comidas que antes te encantaban, o de pronto te apetecen cosas que normalmente ni probarías. Es importante que intentes mantener una alimentación más o menos equilibrada durante el duelo, aunque te cueste.
Como ves, los síntomas del duelo afectan a tu cuerpo de mil maneras diferentes, tan variadas como las personas que los experimentan. Desde no poder dormir hasta los cambios en el apetito, pasando por el dolor físico y el cansancio, tu cuerpo está expresando a su manera el trabajo tan importante que estás haciendo para adaptarte a tu nueva realidad.
Queremos que entiendas que estos síntomas físicos son completamente normales y esperables. No estás exagerando ni siendo débil; estás respondiendo de forma natural a una de las experiencias más difíciles que se puede vivir como seres humanos.
Permítete sentir, reconocer y cuidar estos síntomas como parte de tu proceso de duelo. Y lo más importante: aunque ahora mismo estos síntomas del duelo te parezcan intensos y desconcertantes, no durarán para siempre.
Igualmente, te invitamos a leer nuestro post sobre cómo afrontar el duelo, donde te damos ideas adicionales y útiles para estos momentos difíciles.